El perdón engrandece a las naciones, a los gobernantes y a los pueblos que lo ofrecen, así como a quienes lo aceptan, así lo señaló este viernes la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al encabezar los Funerales de Estado en conmemoración de los 500 años de la ejecución de Cuauhtémoc, el último gran emperador mexica.
“Recuperar la memoria histórica y reivindicar a los pueblos originarios como la mejor herencia cultural de México y además perdonar por las atrocidades cometidas contra los mexicas y otros pueblos y por el cruel asesinato de Cuauhtémoc, todavía es tiempo, engrandece a quien lo ofrece y a quien lo otorga, el humanismo mexicano tiene su origen en los pueblos originarios, las raíces del pensamiento de la cuarta transformación vienen de historias, heroísmo y amor a la patria, como esta que nos inspira a continuar por el camino de la rectitud la honestidad, el patriotismo y la defensa de la soberanía”, sostuvo la mandataria.
Entre representaciones teatrales a cargo de la secretaría de la Defensa Nacional, poemas recitados por historiadores y crónicas de aquellos tiempos, Sheinbaum Pardo recordó la vida, obra, legado y muerte del último Tlatoani que luchó hasta sus 28 años por defender la soberanía de su pueblo y los principios que entonces regían a la cultura Mexica.
“Cuauhtémoc decidió llevar a cabo una última estrategia, una acción que amalgamaba la visión espiritual y guerrera del pueblo Mexica. El Tlatoani ordenó que un guerrero se vistiera con la armadura sagrada del tecolote con plumas de quetzal, que había sido usada por su padre. Lamentablemente, todas las estrategias fallaron, la gran Tenochtitlán cayó el 13 de agosto de 1521 y Cuauhtémoc fue capturado y obligado a llamar a la rendición de su pueblo”, apuntó.