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En una decisión que ha generado un amplio debate en el ámbito deportivo, la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) ha anunciado la implementación de pruebas genéticas obligatorias para las atletas que deseen competir en la categoría femenina. Esta medida, aprobada durante una reunión del Consejo de World Athletics en China, tiene como objetivo preservar la equidad en las competiciones femeninas al confirmar que las participantes son biológicamente mujeres.

La prueba consistirá en un único test no invasivo a lo largo de la carrera de la atleta, que se realizará mediante un frotis bucal o el análisis de una muestra de sangre seca. Este examen buscará la presencia del gen SRY, asociado al cromosoma Y y determinante del sexo masculino. La detección de este gen implicaría la inelegibilidad de la atleta para competir en la categoría femenina.

Esta iniciativa surge en medio de debates sobre la participación de mujeres transgénero y atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) en competiciones femeninas. Anteriormente, World Athletics prohibía la participación de mujeres trans que hubieran pasado por la pubertad masculina y exigía a las atletas con altos niveles de testosterona reducirlos para poder competir. La nueva normativa busca establecer criterios más estrictos basados en pruebas genéticas para garantizar la equidad competitiva.

El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, defendió la medida afirmando que la organización protegerá con firmeza la categoría femenina y tomará las acciones necesarias para lograrlo. Sin embargo, la decisión ha generado controversia y podría enfrentar desafíos legales, ya que en muchos países las leyes civiles otorgan los mismos derechos a las mujeres trans. Además, la reintroducción de exámenes de sexo antes de las competiciones internacionales es vista por algunos como un retroceso en términos de inclusión y derechos humanos.