Venus Williams, una de las figuras más icónicas del tenis femenino, regresará al US Open para disputar su primer Grand Slam en dos años. Con 45 años, lo hará gracias a una invitación especial de la Asociación de Tenis de Estados Unidos, convirtiéndose en la jugadora de mayor edad en el torneo desde 1981. Su presencia en Nueva York será un nuevo capítulo de una carrera que combina talento, resistencia y logros históricos.
El debut profesional de Venus se remonta a 1994, cuando a los 14 años jugó su primer torneo WTA en Oakland. Tres años más tarde, alcanzó la final del US Open, donde cayó ante Martina Hingis. En 1998 protagonizó su primer duelo profesional contra su hermana Serena, abriendo una rivalidad que se convertiría en leyenda, con 31 enfrentamientos y un balance final favorable a Serena.
En 1999, Venus y Serena lograron su primer título de dobles en Roland-Garros y repitieron en el US Open. El 2000 marcó un antes y un después, con Venus levantando su primer Wimbledon y, semanas después, el US Open. Se convirtió en la primera mujer negra en ganar en el All England Club desde Althea Gibson. Su racha continuó con títulos en 2001 y un ciclo de finales épicas contra Serena.
El palmarés de Venus es imponente: siete títulos de Grand Slam individuales, 14 en dobles femeninos, dos en dobles mixtos y cinco medallas olímpicas, incluyendo dos oros en Sidney 2000. Alcanzó el número uno del mundo en 2002 y superó adversidades como el diagnóstico de síndrome de Sjögren en 2011, que puso a prueba su resistencia física y mental.
Tras 16 meses fuera del circuito y una operación de fibromas uterinos, Venus volvió a competir en Washington D.C. este verano, sumando victorias y recuperando sensaciones. Ahora, el US Open será el escenario para una nueva página en su leyenda, en la que el resultado quizá importe menos que la inspiración que genera su sola presencia.