Por primera vez, la proporción de niños y adolescentes con obesidad (9,4 %) supera a los que presentan bajo peso (9,2 %), según el informe Feeding Profit de UNICEF. Entre 2000 y 2022, la obesidad infantil aumentó a unos 188 millones de escolares, mientras que el bajo peso disminuyó de casi 13 % a 9,2 % en el mismo periodo.
El fenómeno se observa en casi todas las regiones, excepto en África subsahariana y el sur de Asia, donde el bajo peso sigue predominando. La causa principal es el consumo masivo de alimentos ultra procesados, baratos y altamente calóricos, que desplazan dietas nutritivas y tradicionales.
Algunos países como Niue, Islas Cook y Nauru registran cerca del 40 % de niños obesos; en Chile, EE. UU. y Emiratos Árabes Unidos supera el 20 %.
UNICEF advierte que la obesidad infantil conlleva riesgos graves de salud, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos cánceres. Además, su impacto económico global podría alcanzar los 4 billones de dólares anuales.
La organización insta a los gobiernos a implementar medidas urgentes:
- Restringir la publicidad de comida chatarra dirigida a menores,
- Establecer etiquetado frontal claro,
- Prohibir ultra procesados en escuelas
- Promover políticas públicas que fomenten opciones alimenticias saludables.