Donald Trump volvió a encender el debate deportivo y cultural al condicionar el acuerdo para un nuevo estadio de los Commanders en Washington al regreso del nombre Redskins. El presidente lanzó la advertencia en redes sociales, exigiendo la restitución del nombre original y calificando el actual de “ridículo”.
Washington eliminó el término Redskins en 2020 por considerarlo ofensivo hacia los pueblos originarios. Sin embargo, Trump ha sido un férreo defensor de ese nombre, al igual que del anterior apodo del equipo de béisbol de Cleveland, los Indians. El mandatario insinuó que podría obstaculizar los acuerdos si no se retoman los nombres tradicionales.
El equipo capitalino planea regresar a la ciudad con un nuevo estadio en 2030, dejando atrás su ubicación en Landover, Maryland. El acuerdo con el gobierno local parecía encaminado, pero las palabras de Trump generan incertidumbre en el proceso.
Pese a que Trump no tiene autoridad directa sobre el Distrito de Columbia, sí ha sugerido asumir mayor control sobre la ciudad. Hasta el momento, los Commanders han optado por el silencio ante la controversia.
El conflicto toca fibras sensibles sobre la memoria histórica y el respeto a las comunidades indígenas. Mientras algunos piden volver a los nombres tradicionales, grupos indígenas han exigido que se mantenga la evolución cultural, alejándose de símbolos que consideran ofensivos.