El gobierno de Donald Trump busca deportar a un millón de personas este año, una cifra récord que incluiría miles de expulsiones a terceros países, algo que funcionarios y expertos consideran poco realista, según detalla The Washington Post.
De acuerdo con autoridades migratorias consultadas por el diario, la cifra se repite con insistencia en el ámbito federal, lo que supondría más del doble con respecto al número récord de 400 mil deportaciones en 2011 durante la administración del entonces presidente Barack Obama (2009-2017).
De cara a lograr este objetivo, el actual gobierno mantiene contactos con una treintena de países para que acepten recibir «miles» expulsados que no sean ciudadanos suyos, según dos funcionarios consultados.
A su vez, analistas opinan que la meta parece poco realista dada la falta de financiación y personal, y el hecho de que la mayoría de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país cuentan con el derecho a una audiencia judicial antes de ser expulsados.
No obstante el gobierno Trump ha echado mano de una ley de 1897, la de Enemigos Extranjeros, para tratar de realizar deportaciones masivas.
Apenas el pasado 15 de marzo, 238 venezolanos fueron expulsados a El Salvador, acusados sin pruebas de ser parte de bandas criminales como Tren de Aragua, un claro ejemplo del tipo de procedimiento que Washington busca generalizar.