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Este domingo, Donald Trump celebró mítines en Pensilvania, donde retomó el tema del fraude electoral al afirmar que Kamala Harris y sus aliados son unos “corruptos” que “están peleando durísimo para robarse” las elecciones.

En el mismo acto, aseguró que no debería haberse ido de la Casa Blanca tras su derrota en 2020, y que no le importaba que alguien tuviera que «disparar a través de las noticias falsas» para llegar a él.

Un portavoz de su campaña, Steven Cheung, aseguró en un comunicado que las declaraciones no tenían «nada que ver con que se perjudique a los medios de comunicación», sino que se referían a las amenazas que el propio candidato ha recibido.

“De hecho, el presidente Trump estaba afirmando que los medios de comunicación estaban en peligro, en el sentido de que lo estaban protegiendo y, por lo tanto, estaban en gran peligro ellos mismos», ha añadido Cheung.