El gobernador de Florida, Ron DeSantis, confirmó la asistencia este martes del presidente Donald Trump, en la inauguración de la polémica cárcel llamada “Alligator Alcatraz”.
El nuevo centro de reclusión para migrantes ha desatado protestas por su ubicación en una zona de alto valor ecológico, en uno de los humedales de mayor extensión de Estados Unidos.
Se encuentra sobre la pista de un aeropuerto abandonado al suroeste de Miami, tendrá capacidad para albergar hasta 3 mil personas y requerirá de casi 450 millones de dólares anuales para mantenerse en operación.
Daniella Levine, alcaldesa de Miami-Dade, exigió frenar la construcción de la prisión al asegurar que el condado recibirá 20 millones de dólares por la compra del terreno, pero que está valorado en al menos 190 millones.