El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunieron este martes 6 de mayo por primera vez en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos países desde que Washington le impusiera aranceles.
Carney ganó recientemente en las elecciones de Canadá gracias a su firme oposición a Trump, que desde que llegó a la presidencia habla de que quiere que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
Sentados en el despacho oval, Carney le dejó claro que “Canadá no está en venta, y nunca lo estará”.
Cuando a Trump le preguntaron sobre el espinoso tema respondió: “nunca digas nunca. Ya veremos qué pasa con el tiempo”.
“No necesitamos sus coches, no necesitamos su energía, no necesitamos su madera, no necesitamos nada de lo que tengan, salvo su amistad, que ojalá siempre mantengamos”, ha dicho Trump.
Además, aseveró que el tratado de comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (T-MEC) fue muy efectivo, pero se renegociará pronto para “ajustarlo o terminarlo”.
Canadá es actualmente el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos, después de México, y el mayor mercado de exportación de productos estadounidenses. Más de 760 mil millones de dólares en bienes fluyeron entre ambos Estados el año pasado.