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En una llamada telefónica a la cadena NBC News, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó comentar sobre una carta con contenido lascivo que supuestamente envió en 2003 al delincuente sexual Jeffrey Epstein, asegurando que “es un asunto cerrado”.

La misiva, parte del “libro de cumpleaños” que Epstein recibió por sus 50 años, incluye un dibujo de una mujer desnuda y una firma manuscrita con el nombre “Donald”, similar a la de Trump. El mandatario ya había negado ser el autor, alegando que no sabe dibujar.

El vicejefe de gabinete del gobierno, Taylor Budowich, respaldó la versión de Trump, descartando que la firma correspondiera al presidente, comparando con imágenes de sus rúbricas más recientes. 

No obstante, análisis del New York Times señalaron que Trump firma de manera distinta en documentos oficiales y personales, lo que deja abierta la duda.

La entrega de los archivos de Epstein al Congreso estadounidense siguió a semanas de polémica después de que en julio el Departamento de Justicia afirmara que no se iba a publicar más información sobre el Caso Epstein.

El revuelo sucedió también entre los seguidores del presidente Trump, particularmente las bases MAGA  (siglas de «Hacer grande a Estados Unidos de nuevo»), quienes consideran válidas las teorías que Epstein tenía vínculos con figuras poderosas del ámbito político y económico.