La noche de este jueves, Donald Trump aceptó la nominación del Partido Republicano para ser el candidato presidencial para las elecciones de noviembre en Estados Unidos, “nos levantamos juntos o nos caemos juntos, estoy aquí para ser candidato”.
“Quiero ser el presidente de todo Estados Unidos, no de la mitad de Estados Unidos”, destacó.
Después de agradecer las muestras de apoyo tras el atentado que sufrió el sábado pasado en Pensilvania, narró lo ocurrido, cuando se encontraba en un mitin y recibió un disparo de Thomas Crooks, provocándole una herida en la oreja: “Tenía a Dios conmigo, así lo sentí”.
Tal como se esperaba, Trump prometió terminar la construcción del muro fronterizo con México y con ello la crisis migratoria que no solo compete a América Latina, dijo, sino también a Asia y África.
“Cerraré la frontera y terminaré el muro, el cual ya casi lo construí por completo. Le di al Ejército dinero porque (la migración irregular) es una invasión, porque eso es una invasión que mata a cientos de miles de personas al año, y no permitiré que eso suceda”, apuntó.
En ese sentido, denunció que países como Venezuela y El Salvador están enviando a sus peores criminales a la frontera de Estados Unidos, y que una cantidad no determinada de “terroristas” han cruzado al país.
Fue la culminación de una Convención Nacional Republicana en la que también finalmente se supo que el senador J.D. Vance será el compañero de fórmula del expresidente en la búsqueda por un segundo mandato en la Casa Blanca.
Fue el discurso de aceptación más largo que se haya escuchado jamás, en el que criticó al gobierno del demócrata Joe Biden desde todos los frentes. Arremetió contra su política exterior, el trayecto de la economía, sobre todo de la inflación, y de la situación en la frontera con México, al que le dedicó buena parte del tiempo y logró ovaciones en diversas ocasiones.