La carrera Sprint del Gran Premio de Brasil tuvo un desenlace caótico. En la última vuelta, cuando la competencia estaba en su punto álgido, el piloto brasileño Gabriel Bortoleto sufrió un violentísimo accidente en la S de Senna al perder el control de su Kick Sauber mientras intentaba adelantar a Alexander Albon con el DRS abierto.
El impacto contra las contenciones fue tan severo que el monoplaza de Bortoleto quedó totalmente destrozado en la recta principal de Interlagos. La magnitud del choque obligó a neutralizar la competencia de inmediato, definiendo así el resultado final de la prueba bajo bandera amarilla, aunque afortunadamente el piloto salió ileso y fue asistido sin mayores consecuencias físicas.
Gracias a la neutralización, Lando Norris se adjudicó la victoria. Sin embargo, el más afectado por el cierre abrupto fue Kimi Antonelli (Mercedes). El joven italiano había liderado durante gran parte de la carrera y vio cómo el accidente de Bortoleto le frustró la posibilidad de buscar su primer triunfo en la categoría, relegándolo al segundo lugar, justo por delante de su compañero George Russell.
Desde el box de Bortoleto, se confirmó que el piloto local se encuentra en buen estado de salud, a pesar de la impactante imagen de su auto. El incidente, ocurrido a metros de las tribunas, fue la única mancha de una carrera que hasta ese momento se había desarrollado de manera intensa.
Con el auto en serios daños, la atención se centra ahora en la reparación del Kick Sauber para la carrera principal. La suerte sonrió a Norris y a los Mercedes, pero el drama de la Sprint de Brasil quedará marcado por la imagen del monoplaza destrozado y el susto de ver a un piloto local, Bortoleto, salvarse «de milagro» tras un choque a alta velocidad.











