Las inundaciones se intensificaron en el sur y medio oeste de Estados Unidos, luego de varios días de lluvias torrenciales y fuertes vientos que ya han dejado un saldo de al menos 18 personas muertas. La creciente de ríos amenaza a comunidades que se encuentran saturadas y con daños significativos.
Desde Texas hasta Ohio, empresas de servicios públicos se apresuraron a cortar el suministro de electricidad y gas, mientras que autoridades locales cerraron carreteras y reforzaron defensas con sacos de arena para proteger viviendas y comercios.
Meteorólogos expertos advierten que las inundaciones podrían prolongarse durante varios días, ya que las lluvias continuaban afectando a estados como Kentucky, Tennessee y Alabama. También emitió alertas por posibles tornados en Alabama, Georgia y Florida.
En Kentucky, el centro de Frankfort, capital del estado, quedó bajo el agua.
De las 18 muertes reportadas desde el inicio de las tormentas el miércoles, 10 ocurrieron en Tennessee.
Entre las víctimas se encuentra un niño de nueve años en Kentucky, arrastrado por la corriente mientras se dirigía a tomar el autobús escolar, y un niño de cinco años en Arkansas, que falleció al caer un árbol sobre su vivienda. Además, un bombero voluntario de 16 años murió en Missouri en un accidente mientras intentaba rescatar a personas atrapadas por la tormenta.
El Servicio Meteorológico informó que decenas de localidades en varios estados podrían alcanzar niveles catalogados como “inundación mayor”, con riesgo de afectaciones graves en viviendas, caminos, puentes y otras infraestructuras críticas.