El golfista Tiger Woods, quien cumplirá 50 años a finales de este año, ha visto su carrera marcada por una serie interminable de lesiones. Recientemente, reveló en sus redes sociales que se había roto el tendón de Aquiles izquierdo y se sometió a una cirugía mínimamente invasiva, lo que lo dejará fuera del Masters y probablemente del resto de la temporada. Esta situación es una más en la larga lista de lesiones que han obstaculizado su camino hacia la historia del golf.
La trayectoria de Woods ha estado plagada de problemas físicos: fracturas por estrés, cirugías de espalda, lesiones en ambos tendones de Aquiles y, más recientemente, un accidente automovilístico que casi le cuesta la pierna derecha. A pesar de ello, Woods logró conquistar 15 majors y 82 títulos del PGA Tour, mostrando un dominio sin rival hasta que las lesiones comenzaron a acumularse.
La reciente pérdida de su madre, Kultida, también afectó emocionalmente a Woods, quien se retiró del Genesis Invitational para afrontar el duelo. Su ausencia en el Players Championship y la cirugía en el tendón de Aquiles han puesto en duda si volverá a competir en 2026, como lo espera Rory McIlroy.
Jack Nicklaus, quien ostenta el récord de 18 majors, ha expresado su pesar por la situación de Woods, reconociendo que, de haber estado sano, podría haber superado su marca. Sin embargo, el propio Nicklaus lamenta que Woods no haya tenido la oportunidad de alcanzar su potencial debido a las constantes lesiones.
A pesar de todos los contratiempos, Woods sigue siendo una figura icónica en el golf. Su última gran victoria en el Masters de 2019 y su récord de 82 títulos en el PGA Tour son prueba de su supremacía en el deporte. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿qué le queda por demostrar a un hombre que ya lo ha ganado todo?