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El boxeo fue sacudido por una guerra inesperada entre el campeón Terence Crawford y el CMB, cuyo presidente, Mauricio Sulaimán, tomó la polémica decisión de despojar al estadounidense de su corona. Crawford se sintió «robado» y «desechado» por el organismo, al que considera que le faltó el respeto como uno de los campeones más importantes de la actualidad.

La controversia se centra en la negativa de Crawford a pagar una suma considerable de dinero al Consejo Mundial de Boxeo. El boxeador se negó a liquidar 300 mil dólares más otros 100 mil en cuotas de sanción, una decisión que, según Sulaimán, fue la causa de la sanción. “Vi que Mauricio tenía mucho que decir acerca de que no le pagué 300 mil dólares. Yo no te voy a pagar. ¿De qué hablas?”, replicó «Bud» en sus redes sociales.

La respuesta de Crawford fue un ataque directo a la autoridad del CMB: “¿Qué te hace jodidamente mejor que los otros organismos? ¿Eh? Respóndeme eso”. El campeón recordó que la AMB, la OMB y la FIB sí aceptaron los pagos que les ofreció, pero el CMB se sintió superior. Esto lo llevó a minimizar el valor del título despojado.

En un gesto que aumenta la polémica, Crawford afirmó que el cinturón del CMB «no significa nada» y que el verdadero premio de prestigio es el de The Ring, el cual es «gratis». Esta preferencia por The Ring es relevante, ya que su creación está vinculada a Turki Al-Alshikh, quien mantiene un enfrentamiento público con Sulaimán, dándole un trasfondo político a la controversia.

La postura de Crawford es firme: él no va a pagar. El boxeador argumentó que él es quien arriesga su vida en el ring, y que el CMB debería pagarle a él por llevar su cinturón. Esta es la primera batalla de una historia que acaba de comenzar y que expone la tensión entre los organismos y los grandes campeones.