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La final de los 200 metros en los campeonatos de pista de EE. UU. vivió un episodio candente entre Noah Lyles y Kenny Bednarek. Lyles ganó con 19.63 segundos, pero fue el enfrentamiento físico y verbal con Bednarek lo que marcó el momento más polémico del día en Eugene.

Tras la meta, Lyles se giró para provocar verbalmente, lo que derivó en un empujón de Bednarek. Ambos intercambiaron palabras y la tensión escaló hasta una promesa de revancha. Aunque se saludaron después, Bednarek calificó la actitud de Lyles como una falta de respeto.

Bednarek expresó su confianza en que podrá derrotarlo en el Mundial de Tokio, recordando que lo ha hecho antes, incluso en los Juegos Olímpicos. Para él, no se trata de palabras, sino de hechos en la pista, y no duda en asegurar que ganará la próxima vez.

Por su parte, Lyles evitó confrontaciones en sus declaraciones, reconociendo que ha sido un año complicado por una lesión que lo marginó varios meses, pero advirtió que si no logran vencerlo ahora, difícilmente podrán hacerlo después.

En un contexto donde el atletismo busca nuevos ídolos, esta disputa entre dos grandes velocistas aporta emoción, rivalidad real y una narrativa intensa que podría encender aún más el campeonato mundial de septiembre.