En una noche llena de historia y emoción en Raleigh, los Carolina Hurricanes rindieron homenaje a los Hartford Whalers con una victoria de 5-2 sobre los Buffalo Sabres. Mikko Rantanen fue una de las figuras clave al sumar un gol y una asistencia en un partido que los locales necesitaban ganar para cortar una mala racha.
Desde el primer instante, el juego tuvo un tono físico intenso. Apenas a los cuatro segundos del primer período, Jesperi Kotkaniemi y Dylan Cozens dejaron caer los guantes y se enfrentaron en una pelea que encendió al público y marcó el ritmo del duelo.
La batalla fue breve, pues Kotkaniemi logró conectar varios golpes antes de que los árbitros intervinieran. Este momento simbolizó la urgencia de Carolina por encontrar energía y motivación tras sus recientes tropiezos.
Buffalo, que venía con una racha positiva de solo dos derrotas en sus últimos ocho juegos, no pudo imponer su ritmo en Raleigh, donde su historial reciente es desalentador (0-9-2 en sus últimas 11 visitas).
La “Noche de los Whalers” dejó claro que la intensidad y la historia de la NHL siguen vivas. Los Hurricanes dieron un golpe sobre la mesa, tanto en el marcador como en la pelea inicial, asegurando una victoria que podría ser clave para su temporada.