El gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ya tiene listo un “plan A, un plan B y hasta un plan C” para contrarrestar los efectos que traería la aplicación de aranceles de hasta 25% de parte de la administración de Donald Trump a los productos nacionales.
“Vamos a esperar como siempre he dicho, con la cabeza fría, tomando las decisiones, estamos preparados”, apuntó
“Es muy importante que sepa el pueblo de México que siempre vamos a defender la dignidad de nuestro pueblo, que siempre vamos a defender el respeto a nuestra soberanía y un diálogo como iguales, como siempre lo hemos mencionado, sin subordinación”, añadió.
En su conferencia de Palacio Nacional, la presidenta además afirmó que desde que inició el gobierno de Trump, e incluso antes, se mantuvo comunicación directa con su equipo de trabajo, para desarrollar cuanto antes una estrategia binacional que atienda los principales problemas de ambos países, como la seguridad.
“El tema también de la seguridad se mantiene permanentemente comunicación en el marco de cuatro principios, que son los principios fundamentales en esta materia, que es la responsabilidad compartida, la confianza mutua, la colaboración y el respeto a nuestra soberanía, entonces siempre vamos a mantener el diálogo”, comentó.
Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, la aplicación de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos, que podría entrar en vigor este 1 de febrero, afectarían en primera instancia a los propios ciudadanos estadounidenses, pues serán ellos quienes tengan que pagar más dinero por los mismos productos que consumen en la nación norteamericana.
“El impacto en valor son un poco más de 7 mil millones de dólares para estas 40 millones de familias que tendrán que pagarlo allá en Estados Unidos (…) Todo lo que son televisores, todo lo que son pantallas para computación, laptops, etc., esto afectaría a 32 millones de familias en Estados Unidos que tendría que pagar más de 2 mil millones de dólares por el 25% (…)”, explicó el secretario.
“Uno de cada tres refrigeradores que hoy se venden en Estados Unidos se hace en México, entonces aquí cuando menos 5 millones de familias estadounidenses estarían afectadas por esta medida, les van a subir el 25% el precio de su refrigerador, esto representa un desembolso adicional para esas familias, de casi mil millones de dólares de un día para el otro”, agregó.