La nave Starship de la empresa SpaceX, propiedad de Elon Musk, cumplió con éxito su décimo lanzamiento de prueba después de tres intentos fallidos. Amerizó sin problemas en el océano Índico una hora y seis minutos después.
Starship despegó a las 18.30 hora local de Texas desde la ciudad de Starbase, donde tiene su base SpaceX, después de dos aplazamientos por problemas técnicos y de clima.
El objetivo de SpaceX es dar con la clave para que las dos partes del cohete, el propulsor Super Heavy y la nave Starship, se puedan reutilizar en futuras misiones y abaratar costos en los esfuerzos para regresar a la Luna y llegar a Marte.
La prueba de poco más de una hora se retransmitió en directo gracias a cámaras en la nave y a los satélites de Starlink, también de Musk.
Super Heavy se separó de Starship cerca de siete minutos después del despegue y cayó en las aguas del Golfo de México, al sur de Estados Unidos, como se esperaba, aunque no está claro si de una pieza.
SpaceX también logró hacer dos experimentos imposibles en las operaciones fallidas: simular el despliegue de satélites, con aparatos falsos, a través de un portón lateral de la nave, y reencender un motor durante el vuelo, algo que los ejecutivos señalaron que solo se había conseguido una vez.