La protesta pacífica en apoyo de la familia de una niña, presunta víctima de agresión sexual, se convirtió en una serie de disturbios que se mantienen por segundo día en Irlanda del Norte.
La Policía ha detenido hasta el momento a cinco personas e informó que 17 agentes resultaron heridos en la ciudad de Ballymena.
La violencia contra los migrantes inició al darse a conocer que los presuntos agresores de la niña son dos adolescentes rumanos.
El ministro británico para Irlanda del Norte, Hilary Benn, expresó que no hay justificación para los ataques a la policía ni para el vandalismo contra negocios y hogares.