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Después de días de deliberaciones, Israel lanzó un ataque limitado contra una base de la Fuerza Aérea iraní cerca de Isfahán, según fuentes. Este ataque, que ocurrió este viernes, no implicó el uso de aviones ni misiles balísticos y se enfocó en no causar daños mayores ni atacar instalaciones nucleares, lo que pudo haber escalado el conflicto a nivel regional.

Irán afirmó haber derribado tres drones aunque no hubo comentarios directos de Israel al respecto y Estados Unidos negó su involucramiento en la operación.

El primer ministro Benjamín Netanyahu y su gabinete de guerra inicialmente habían considerado una respuesta más fuerte a los misiles y drones lanzados por Irán el sábado anterior, incluyendo un posible ataque a instalaciones nucleares. Sin embargo, la intervención de socios internacionales, como Estados Unidos y países del Golfo, así como la necesidad de mantener el apoyo internacional, llevaron a Israel a optar por una respuesta más contenida.

El ataque rompió el tabú de agresiones directas, un precedente que Teherán había establecido días antes. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Jordania expresó preocupación por una escalada mayor, subrayando el riesgo de un conflicto regional extenso y las consecuencias catastróficas de tal evento.

Funcionarios gubernamentales y expertos interpretaron el ataque como una medida calibrada de Israel para equilibrar la necesidad de responder con el objetivo de evitar una escalada continua de acciones y reacciones. Según analistas, esta operación limitada y proporcionada representó una reducción de la escalada y fue recibida con alivio en la región del Golfo.

Con información de Reuters.

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