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Durante décadas, los zoológicos y los antirrábicos municipales fueron presentados como espacios dedicados a la “protección” y “cuidado” de los animales.

Sin embargo, la realidad es que esos lugares responden a una lógica del pasado, donde la vida animal se reduce al encierro, la exhibición o, en el peor de los casos, al sacrificio.

Por ello, he presentado en el Senado de la República una iniciativa que propone la creación de la figura de “Santuario de Animales”, un modelo alternativo y humanitario que busca sustituir a los zoológicos y a los antirrábicos municipales.

Estos santuarios serían espacios destinados a la protección, rehabilitación, atención y adopción de animales de compañía y de especies que, por razones de salud, edad o adaptación, no puedan regresar a su hábitat natural.

México lidera América Latina en casos de maltrato animal y en impunidad ante estos delitos. Cada año, alrededor de 60 mil animales mueren a consecuencia del abuso o la violencia. Más de 29 millones de perros y gatos viven en las calles, y se estima que el 70 por ciento de ellos alguna vez tuvo un hogar.

En el Área Metropolitana de Monterrey, de acuerdo con PRODAN, se sacrifican anualmente cerca de 50 mil perros y gatos en centros municipales. Detrás de esas cifras hay miles de historias de abandono, indiferencia y crueldad que como sociedad no podemos seguir tolerando.

Los actuales zoológicos y antirrábicos municipales no garantizan el bienestar animal. En muchos casos, son espacios obsoletos, sin personal capacitado, infraestructura adecuada ni controles sanitarios suficientes. La exposición de animales fuera de su entorno natural con fines de entretenimiento, o el sacrificio sistemático de animales callejeros por falta de espacio, son prácticas que deben quedar atrás.

La figura del Santuario de Animales representa una alternativa viable. Estos espacios operarían bajo estándares claros y verificables, con el principio fundamental de que ningún animal sea sacrificado por razones de abandono, edad, sobrepoblación o falta de espacio. Además, promoverán políticas integrales de esterilización, atención médica, adopción responsable y educación ciudadana, entendiendo que el bienestar animal también es una cuestión de salud pública y convivencia social.

La iniciativa incluye, además, restricciones severas a la venta de animales y fomenta la cultura de la adopción, el rescate y la convivencia respetuosa. Se busca sustituir la lógica de sacrificio por una lógica de protección, rehabilitación y reintegración, colocando a México en la vanguardia internacional del bienestar animal.

En los santuarios no habrá jaulas para exhibir ni filas para sacrificar, sino espacios para sanar, educar y construir empatía.

Las entidades federativas que cumplan con los requisitos establecidos podrán obtener la denominación oficial de Santuario, siempre que acrediten condiciones de bienestar, transparencia, capacitación y colaboración con organizaciones animalistas y expertos en la materia.

El bienestar animal no debe depender de los escándalos mediáticos ni de la voluntad política del momento.

En ese sentido, los santuarios de animales son más que una propuesta legislativa; son una apuesta por un país más humano, empático y responsable.

Son la oportunidad de convertir la crueldad en conciencia y la indiferencia en acción. Porque proteger a los animales no es un acto de caridad, sino una obligación ética y una muestra del México que queremos construir: un país que respete toda forma de vida.

Hago un llamado a las autoridades locales, organizaciones civiles y ciudadanía a sumarse a esta iniciativa y transformar el trato hacia los animales que hasta hoy ha imperado en el país.

Senador Waldo Fernández González

Senador por Nuevo León de la Coalición Sigamos Haciendo Historia. Abogado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, ha desarrollado su trayectoria en temas de justicia, seguridad y participación ciudadana. Ha sido diputado federal y local, siempre enfocado en fortalecer la transparencia y en acercar las instituciones a la gente. Actualmente es Presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC, donde trabaja para que este acuerdo se traduzca en crecimiento económico, mejores oportunidades para los trabajadores y mayor competitividad para México.