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En redes sociales han desatado enorme polémica personajes de la vida empresarial y política de Estados Unidos, al realizar gestos interpretados como saludos nazis en eventos públicos. Tres figuras de la ultraderecha como Elon Musk, Steve Bannon y Eduardo Verástegui han encendido el debate sobre sus intenciones y el resurgimiento de simbolismos extremistas.

El primero en avivar la controversia fue el magnate tecnológico y aliado trumpista. El 20 de enero, durante un evento tras la investidura de Trump, Musk golpeó su pecho y extendió el brazo derecho con la palma hacia abajo, un gesto que muchos compararon con el “Sieg Heil” nazi.

Musk se burló de las críticas en X, calificándolas de “ataques gastados”, pero no negó explícitamente la interpretación. Grupos supremacistas blancos celebraron el acto, mientras organizaciones judías lo condenaron.

Un mes después, el 20 de febrero, Steve Bannon, exasesor de Trump, repitió un gesto similar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Maryland.

Tras un discurso levantó el brazo derecho con la palma hacia abajo, desatando críticas incluso de aliados europeos como Jordan Bardella, quien canceló su participación en el evento. Aunque Bannon afirmó que sólo saludaba a la multitud, el gesto fue ampliamente criticado.

El 21 de febrero, en el mismo CPAC, Eduardo Verástegui cerró el trío controversial. Al anunciar su adhesión al “movimiento de Musk y Trump”, el actor mexicano tocó su corazón y extendió el brazo, replicando el gesto de sus predecesores.

En redes sociales lo acusaron de buscar relevancia en el círculo trumpista. El acto no tardó en volverse viral, sumando detractores y simpatizantes en un intenso debate.

Analistas las consideran provocaciones deliberadas para galvanizar a la base ultraconservadora, atrayendo simbolismos históricos que evocan poder y resistencia. Otros lo ven como un reflejo de la radicalización del discurso político en 2025, tras la reelección de Trump.

Intencional o no, los saludos han reavivado preocupaciones sobre la normalización de ideologías extremas en un año marcado por tensiones globales.