La Fiscalía General de Rusia designó a Amnistía Internacional como una “organización indeseable”, acusando a su sede en Londres de coordinar “proyectos rusófobos globales” financiados por “cómplices del régimen de Kiev”.
En un comunicado, la fiscalía afirmó que desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, los activistas de Amnistía “han hecho todo lo posible para intensificar la confrontación militar en la región”, incluyendo llamados a aislar política y económicamente a Moscú.
También acusó a Amnistía de justificar presuntos crímenes cometidos por las fuerzas ucranianas y criticó a la organización por operar “en el contexto de la hostilidad del establishment británico”.
En abril de 2022, después del inicio de la invasión de Ucrania, el Ministerio de Justicia ruso revocó el registro de 15 ONG extranjeras, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Carnegie Endowment, debido a presuntas violaciones legales.
Amnistía Internacional ha criticado abiertamente la invasión rusa a gran escala de Ucrania, calificándola de “guerra de agresión”, así como la represión generalizada de la disidencia por parte de Rusia, el uso indebido de las leyes contra el extremismo, los juicios injustos, la tortura bajo custodia, el aumento de los casos de traición, la creciente persecución de las personas LGBTQ+ y otras violaciones de derechos humanos.