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Con más de 800 drones y 13 misiles disparados contra diferentes ciudades, Rusia lanzó este domingo su mayor ofensiva aérea contra Ucrania desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, dejando al menos 5 muertos y decenas de heridos.

Uno de los objetivos atacados fue la sede del Gobierno en Kiev, causando un incendio en el techo del edificio, pero sin víctimas mortales en el interior, confirmó la primera ministra Yulia Sviridenko.

Por su parte, el presidente Volodimir Zelenski calificó el bombardeo como un “crimen deliberado” que prolongará la guerra, y afirmó haber hablado de la situación con el presidente francés Emmanuel Macron, quien prometió reforzar el apoyo militar.

En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró al respecto que “el Kremlin se burla de la diplomacia”; mientras que el primer ministro británico, Keir Starmer, sostuvo que estos ataques demuestran que Putin “no está comprometido seriamente con la paz”.

Y en Estados Unidos, el presidente Donald Trump declaró que está dispuesto a imponer nuevas sanciones contra Moscú tras el ataque, luego de ser cuestionado por periodistas a las afueras de la Casa Blanca. “Sí, lo estoy”, pronunció el mandatario sin ofrecer más detalles.