Un helicóptero que llevaba a bordo al presidente iraní, Ebrahim Raisi, y a varios oficiales gubernamentales, incluyendo al ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y al gobernador de la provincia de Azerbaiyán Oriental, realizó un “aterrizaje forzoso” debido a malas condiciones climáticas y niebla densa. Este incidente ocurrió este domingo cerca de Jolfa, una ciudad fronteriza con Azerbaiyán, a unos 600 kilómetros al noroeste de Teherán.
La televisión estatal y la agencia de noticias estatal IRNA informaron sobre el accidente, pero no proporcionaron detalles sobre el estado de salud de Raisi ni de los demás ocupantes del helicóptero. La zona del accidente, descrita como un bosque montañoso, ha complicado las operaciones de rescate, que se ven obstaculizadas por la niebla y fuertes lluvias. Imágenes transmitidas mostraban vehículos todoterreno avanzando a través del bosque brumoso.
El incidente ocurre en un contexto de tensiones regionales. Raisi había estado en la frontera ese mismo día para inaugurar una presa con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, a pesar de las frías relaciones diplomáticas, exacerbadas por incidentes como el ataque armado a la embajada de Azerbaiyán en Teherán el año anterior y las conexiones de Azerbaiyán con Israel, considerado enemigo por Irán.
Además, la capacidad aérea de Irán está limitada por sanciones internacionales que dificultan la obtención de repuestos para sus helicópteros, en su mayoría de modelos anteriores a la Revolución Islámica de 1979. Raisi, de 63 años, es un destacado líder conservador y posible sucesor del ayatolá Ali Jamenei. Su administración ha sido marcada por acciones como el enriquecimiento de uranio a niveles cercanos a los necesarios para armas y el apoyo a Rusia en su conflicto con Ucrania, así como tensiones continuas con Israel y apoyo a grupos aliados en el Medio Oriente.