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Pamela Smith, directora de la Policía Metropolitana de Washington, presentó su renuncia poco después del tiroteo que dejó a una integrante de la Guardia Nacional muerta y a otro agente gravemente herido en el centro de la capital estadounidense.

En un comunicado, Smith afirmó que liderar la institución fue “el mayor honor” de su carrera y destacó que consiguió “un progreso tremendo” en la reducción de la delincuencia. Sin embargo, admitió que aún quedan desafíos pendientes.

La alcaldesa de Washington, la demócrata Muriel Bowser, reconoció el trabajo de Smith y aseguró que contribuyó a “restaurar la sensación de seguridad” en la ciudad. 

La renuncia se produce en medio del despliegue de la Guardia Nacional ordenado el pasado verano por el presidente Donald Trump para combatir la criminalidad en Washington, considerada una de las ciudades más violentas del país.

La medida fue cuestionada por autoridades locales, que la calificaron de innecesaria y propagandística, ya que los homicidios venían disminuyendo. En 2024 cayeron un 34 % respecto al año anterior.

El clima de tensión se agravó el 26 de noviembre, cuando un hombre abrió fuego contra miembros de la Guardia Nacional cerca de la Casa Blanca. El ataque resultó en la muerte de Sarah Beckstrom, de 20 años, y dejando gravemente herido a Andrew Wolfe, de 24.

El agresor era un refugiado afgano que había colaborado con las tropas estadounidenses en su país.

Bowser nombró a Smith en julio de 2023, y con ese nombramiento ella se convirtió en la primera mujer afroamericana en dirigir la institución desde su fundación en 1861.