El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) realizó este viernes 6 de junio una serie de redadas migratorias en Los Ángeles con agentes armados, lo que generó fuertes encuentros con activistas y miembros de la comunidad que trataron de evitarlas.
Las redadas comenzaron a las siete de la mañana con el arresto de varios jornaleros, que buscaban trabajo en una conocida tienda de materiales de construcción en el área de Westlake, un área eminentemente centroamericana y mexicana.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijo en un comunicado que está “profundamente indignada” por los operativos.
Dos de las redadas se llevaron a cabo en negocios del Distrito de la Moda, donde se realizaron los arrestos de por lo menos dos docenas de trabajadores, según reportaron activistas.
En respuesta, el jefe de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, declaró que el departamento no participará “en ningún tipo de deportaciones masivas” ni intentará determinar el estatus migratorio de ninguna persona.
Este es el operativo simultáneo más grande ocurrido en Los Ángeles tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca con una promesa de deportaciones masivas.