Tras el cierre del Qatar GP, desde Red Bull surgieron señalamientos de alto voltaje. El asesor de la escudería, Helmut Marko, aseguró que fue “tan obvio” que Antonelli piloto de Mercedes dejó pasar deliberadamente a Norris para que obtuviera dos puntos extra.
Según Marko, no se trató de un error de conducción: “fue dos veces en las que más o menos le hizo señas a Lando para que pasara”, afirmó. Con ese rebase, Norris se quedó con la cuarta posición; esos dos puntos lo dejaron con una ventaja de 12 unidades sobre el líder del campeonato rumbo al cierre en Abu Dabi.

La reacción de Mercedes y en particular de su jefe Toto Wolff no se hizo esperar. Wolff calificó las acusaciones como “tonterías absolutas” y “descerebradas”, defendiendo que lo ocurrido fue simplemente un error de Antonelli: el piloto perdió el control de su monoplaza en la penúltima vuelta al deslizar los neumáticos traseros en la curva 10, lo que lo llevó a salirse de pista y perder la posición.
El propio Antonelli admitió que sufrió “un gran momento” de pérdida de adherencia producto del “aire sucio” detrás del auto de otro competidor algo común cuando hay turbulencia aerodinámica y declaró que la maniobra no fue intencional. “Entré un poco más rápido que en la vuelta anterior y simplemente perdí la parte trasera”, comentó.

Con este episodio, el ambiente de la F1 se caldea justo antes del cierre de temporada: el debate entre manipulación deliberada o error humano divide a equipos, pilotos y aficionados. Lo cierto es que esos dos puntos, ahora en manos de Norris, podrían ser determinantes en la definición del título.







