El Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, reconoció el miércoles que aún queda «mucho trabajo» por hacer para acercar las posturas de Israel y Hamás respecto a un nuevo cese al fuego y la liberación de rehenes, después de que Hamás presentase condiciones que contradicen los objetivos de Israel en el conflicto. Hamás propuso un plan de tres etapas a lo largo de cuatro meses y medio, exigiendo la liberación de prisioneros palestinos a cambio de rehenes y el fin del conflicto, manteniendo a Hamás en el poder en Gaza.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, consideró las demandas de Hamás «un poco exageradas», aunque las negociaciones seguirán. Todo ello en medio de la guerra más letal en la historia del conflicto palestino-israelí, con más de 27,000 palestinos muertos y graves repercusiones humanitarias, donde la tensión se intensifica con ataques en la región respaldados por Irán y represalias que aumentan el riesgo de un conflicto más amplio.
Israel aún se recupera del ataque de Hamás del 7 de octubre, que resultó en la muerte de unos 1,200 israelíes y la captura de 250 personas. Netanyahu insiste en continuar la guerra hasta una «victoria total» y el retorno de todos los rehenes. Mientras tanto, Blinken busca impulsar el cese al fuego y un acuerdo de posguerra que incluya la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, a cambio de avances hacia la creación de un Estado palestino, propuesta a la que Netanyahu se opone.
La situación en Gaza es crítica, con palestinos anhelando el fin de los combates que han devastado sus vidas. La escasez de necesidades básicas como agua, electricidad y alimentos es severa, y las nuevas madres enfrentan dificultades para conseguir fórmula para bebés y pañales.