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Tras casi una década fuera de los escenarios, Miguel Bosé retomó el vuelo en un concierto en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, que deslumbró a más de 10 mil fanáticos.

Antes de la aparición del español, sus seguidores se amontonaban en la entrada para alcanzar boletos de última hora, preocupados por el estado físico del cantante español, al que quieren como todo un ídolo nacional.

A sus 68 años, y más de 30 millones de álbumes vendidos, no mostró ninguna señal de cansancio, al contrario, deslumbró con sus característicos bailes frenéticos.

Poco a poco los asistentes comenzaron a flotar y emprender una travesía que tras varias canciones llegaría a su punto álgido con el tema “Aire Soy”.

Acompañado de sus bailarines peleó contra los males del pasado, enfermedades y problemas familiares entre ellos, que no le habían permitido seguir su carrera con vuelo alto, y que ahora con las canciones “Duende” y “Nena” parecían quedar lejos.

Alerta sísmica se coló en el viaje

El compositor siguió con “Este mundo va”, hasta que un sismo de 5.5, con epicentro en Oaxaca, activó la alerta sísmica que provocó el desalojo de los asistentes.

Tras la repentina pausa, Bosé preguntó cómo estaban sus pasajeros y anunció que el show debía continuar. Para remontar el vuelo, recurrió a éxitos “Como un lobo” y fue la euforia la que le devolvió el alma musical al recinto.

Ya estaba por terminar tras su éxito “Amante bandido”, pero tras haber coreado el público su nombre se quedó a recordar a su madre con “Te amaré” y la balada con la que acostumbra a cerrar sus conciertos “Por ti”.

El intérprete continuará con su Tour por México hasta el próximo 28 de junio, fecha en la que volverá a Murcia, España, el primer destino de la gira en su país de origen.