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La crisis deportiva del FC Haka, que descendió a la Segunda División en Finlandia con solo 17 puntos, escaló a una tragedia material tras el incendio provocado en su estadio, el Factory Field. Tres menores de edad fueron los responsables del siniestro ocurrido, y uno de ellos, de 15 años, ya confesó el delito.

El incendio no solo se propagó rápidamente, sino que ha generado una gran indignación dentro de la dirigencia del club y la comunidad. El director deportivo, Olli Huttunen, expresó su asombro ante la prensa, calificando el acto de «impactante» y «ultrajante» si se considera la importancia histórica del Factory Field en el fútbol finlandés.

El presidente del FC Haka, Marko Larsson, lamentó que el incendio suponga un «golpe durísimo» en el peor momento económico y deportivo del club. A pesar del desastre, Larsson destacó la solidaridad recibida: «Ya hemos recibido mucho apoyo de la gente y seguiremos necesitándolo en el futuro”.

Las pérdidas materiales son considerables. El fuego arrasó con la estructura de madera de una de las tribunas, quemó todo el material que se encontraba almacenado debajo de ella, y dejó completamente inservible una sección del campo de césped artificial.

El club enfrenta ahora el reto de la demolición de la estructura afectada, un gasto inesperado que se suma a la difícil situación económica generada por el descenso. Este acto de vandalismo subraya la frustración, aunque inaceptable, que generó la pérdida de la categoría en el país nórdico.