Esta semana, el senador Bernie Sanders presentó un proyecto de ley que busca reducir la semana laboral estándar en Estados Unidos de 40 a 32 horas, sin disminuir los salarios. Sanders argumenta que, a pesar de los avances tecnológicos y en productividad, los estadounidenses trabajan más horas por menos remuneración.
El proyecto propone ajustar la semana laboral a lo largo de cuatro años, modificando así el límite para el cobro de horas extra. Desde 1940, la semana de 40 horas es el estándar, establecido por ley federal.
Durante una sesión del Comité Senatorial de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, Sanders señaló que los aumentos de productividad de décadas han beneficiado principalmente a ejecutivos corporativos, sin repercusiones positivas para los trabajadores. Subrayó que, en comparación con otras naciones desarrolladas, los estadounidenses trabajan muchas más horas anualmente.
Por su parte, el senador Bill Cassidy criticó la medida, argumentando que dañaría a los empleadores, promovería la externalización de empleos y causaría un aumento significativo en los precios para los consumidores. Cassidy destacó el riesgo que representa para las pequeñas empresas que ya enfrentan dificultades por la escasez de mano de obra.
Aunque Sanders no es el primero en sugerir esta idea, recientemente ha ganado popularidad, impulsada por los cambios en la cultura laboral derivados de la pandemia de Covid-19. La propuesta se suma a iniciativas similares, como la Ley de semana laboral de 32 horas presentada en la Cámara de Representantes por Mark Takano.
Sanders respaldó su propuesta citando un estudio en Gran Bretaña que mostró resultados positivos en empresas que adoptaron la semana laboral de cuatro días. Juliet Schor, quien lideró la investigación, indicó en la audiencia que la mayoría de estas empresas mantuvieron el nuevo esquema un año después, beneficiando significativamente a los empleados.
Sin embargo, algunos críticos argumentan que los resultados positivos de los programas piloto no justifican una implementación nacional obligatoria, señalando que estos han sido limitados a sectores que pueden adaptarse fácilmente a cambios en los horarios laborales.
Con información del New York Times.