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Congresistas demócratas expresaron preocupaciones por el creciente poder otorgado al secretario de Estado, Marco Rubio, nombrado asesor interino de seguridad nacional tras la salida de Mike Waltz.

El presidente Donald Trump decidió poner a Rubio mientras encuentra a un nuevo asesor, algo que no sucedía desde que Henry Kissinger ocupó ambos puestos entre 1973 y 1975. 

El mandatario estadounidense anunció que espera dejarlo en ese cargo en un plazo de seis meses.

Al respecto, senadores demócratas advierten que tener ambos cargos sobre los hombros no es sostenible.

Rubio, el primer latino en convertirse en la cabeza del Departamento de Estado, se encuentra entre los integrantes del gabinete más apreciados por Trump, quien lo puso como posible candidato a sucederlo como presidente.