Gustavo Petro, presidente de Colombia, anunció la expulsión de la delegación diplomática de Israel en Bogotá, luego de que dos ciudadanas colombianas fueron retenidas por fuerzas israelíes, durante la intervención de la Flotilla Global Sumud, que transporta ayuda humanitaria con destino a Gaza.
Manuela Bedoya y Luna Barreto, tripulantes del barco HIO, fueron arrestadas tras el operativo marítimo de Israel, ocurrido la noche del 30 de septiembre. El objetivo de la misión era entregar suministros a la población palestina en Gaza.
Aunque las relaciones bilaterales entre Colombia e Israel ya se habían roto en 2024, aún trabajaba en Bogotá una representación consular con alrededor de 40 empleados, cuatro de ellos con estatus diplomático.
“El bloqueo de ayuda humanitaria es un crimen internacional”, señaló el mandatario colombiano en un mensaje oficial, exigiendo la liberación inmediata de las dos mujeres.
Por su parte, la delegación colombiana de la Flotilla convocó a movilizaciones frente a las sedes de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, a quienes acusan de mantener relaciones comerciales con sectores vinculados a Israel.
Según los activistas, la acción israelí constituye una violación al derecho internacional y a los Acuerdos de Ginebra.