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Este sábado por la noche, fuertes tormentas eléctricas y vientos dejaron un saldo devastador en Oklahoma: al menos cuatro personas fallecidas, incluido un bebé, y múltiples heridos, además de numerosas viviendas destruidas. Según reportes del Servicio Meteorológico, más de dos docenas de tornados azotaron el estado esa noche, afectando gravemente a las ciudades de Sulphur, Holdenville y Ardmore.

El domingo, Keli Cain del Departamento de Manejo de Emergencias de Oklahoma informó que el médico forense del estado había confirmado tres muertes por la tormenta, dos en Holdenville y una más en la Interestatal 34 cerca de Marietta. En una conferencia de prensa, el gobernador Kevin Stitt anunció una cuarta víctima fatal en Sulphur. Además, el Servicio Médico de Emergencia del Condado de Hughes informó sobre un hombre y una niña fallecidos en Holdenville y cuatro personas más heridas.

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias indicó el domingo que al menos 16 casas en Oklahoma fueron completamente destruidas. Ese mismo día, el gobernador Stitt declaró un estado de desastre de emergencia y visitó Sulphur, donde describió la situación como “simplemente devastadora”, mencionando que la mayoría de los negocios del centro habían sido destruidos.

Reportes de KOCO News mostraron imágenes del centro de Sulphur con negocios dañados o destruidos y automóviles afectados por escombros. Julie Jack, una comerciante local, lamentó la destrucción total de su boutique para mujeres, afirmando que parecía que “había estallado una bomba” en el lugar.

Este evento climático severo en Oklahoma ocurrió apenas un día después de que tornados similares causaran estragos en partes de Nebraska e Iowa, dañando o destruyendo decenas de viviendas. En Iowa, específicamente en los condados de Pottawattamie y Shelby, 270 y 25 viviendas respectivamente sufrieron daños significativos, de acuerdo con FEMA.

Para el domingo, el Centro de Predicción de Tormentas advirtió que casi 1,9 millones de personas en tres estados, incluyendo una gran parte de Texas, enfrentaban un riesgo “aumentado” de clima severo, con posibles daños por viento, granizo grande y la formación de algunos tornados.

Con información de The New York Times.