La Sprint del Gran Premio de Japón tuvo como gran protagonista a Francesco Bagnaia. El piloto de Ducati impuso un ritmo demoledor en el circuito de Motegi y se adjudicó la victoria con autoridad, mostrando una versión mucho más sólida que en citas previas. Su triunfo fue incontestable, desde la pole hasta la bandera a cuadros.
La salida resultó decisiva. Bagnaia defendió su liderato ante Mir y Marc Márquez, mientras que Pedro Acosta intentaba mantenerse cerca. En el grupo trasero hubo caos: Jorge Martín perdió el control y golpeó a Bezzecchi, dejando a ambos fuera de carrera y con consecuencias físicas para el madrileño, que sufrió una fractura en la clavícula.
El paso de las vueltas confirmó la fortaleza del turinés. Con ritmo constante, abrió ventaja sobre Acosta, que no pudo seguirlo. En tanto, Marc Márquez aumentaba su confianza y, tras una intensa persecución, adelantó primero a Mir y luego al propio Acosta con maniobras contundentes. El ocho veces campeón se aseguró la segunda plaza con una remontada precisa.
La otra cara de la moneda fue para Álex Márquez, que nunca encontró ritmo y terminó fuera de los puntos. Sus errores y la falta de velocidad le hicieron perder posiciones frente a pilotos como Raúl Fernández y Ogura, alejándolo de cualquier opción de sumar en la clasificación. Esta situación fortalece la posición de su hermano Marc en la lucha por el título.
Bagnaia, por su parte, cruzó la línea de meta con 2.8 segundos de ventaja y se reencontró con la victoria en formato Sprint. Sin embargo, la historia de este fin de semana gira en torno a Marc Márquez: el español está a un paso de consagrarse campeón, algo que podría confirmarse en la carrera larga de Motegi.