El ejército indio atacó supuestas bases terroristas ubicadas en Pakistán y Cachemira, en una operación conocida como “Sindoor”, en medio de la escalada de las tensiones entre dos vecinos que poseen armas nucleares. Islamabad prometió responder de forma “contundente”.
La India ha demostrado una considerable moderación en la selección de objetivos y el método de ejecución, dijo en un comunicado el ministerio de defensa.
Pakistán denunció que al menos una persona murió y otras dos resultaron heridas durante el ataque, que contrario a lo dicho por Nueva Delhi, sí golpeó en posiciones civiles, incluida una mezquita en la provincia de Punjab.
El ataque se produjo luego de un atentado terrorista en la parte de Cachemira, controlada por la India, otra zona está bajo mando pakistaní, en el que murieron 26 personas, 25 de ellos de origen indio.
En declaraciones a la prensa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó que se acababa de enterar, pero que era algo previsible, pues ambas naciones llevaban varias décadas en tensión y confió en que el conflicto entre ambas naciones termine pronto.