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La historia del baloncesto podría estar a punto de ser reescrita por un joven canadiense de solo 18 años. Olivier Rioux, con una estatura impresionante de 2.36 metros, está destinado a convertirse en el jugador más alto en la historia de la NBA, superando a los legendarios Gheorghe Mureșan y Manute Bol, quienes comparten el récord actual con 2.31 metros. Rioux, originario de Quebec, ha capturado la atención del mundo del deporte desde su adolescencia, cuando a los 15 años ya medía 2.26 metros, ganándose el título de adolescente más alto del mundo.

En 2024, Rioux se unió a los Florida Gators, uno de los programas universitarios de baloncesto más prestigiosos de Estados Unidos, después de su paso por la IMG Academy. Su debut en el baloncesto colegial en la temporada 2024-2025 es esperado con gran expectativa, especialmente después de su destacada participación en varios torneos internacionales representando a Canadá. Ha competido en cuatro torneos importantes, incluyendo el Mundial Sub-19 y la AmeriCup Sub-18, lo que demuestra su gran capacidad para rendir al más alto nivel.

El camino de Rioux hacia la NBA no ha sido convencional. A los 13 años, ya formaba parte de la academia del Real Madrid, donde su talento y su altura excepcionales lo hicieron destacar en un entorno altamente competitivo. La genética juega un papel crucial en su desarrollo: su padre, un exjugador de voleibol de 2.07 metros, y su madre, una exnadadora de 1.85 metros, le han transmitido una herencia atlética que lo ha preparado para grandes logros. 

El Draft de la NBA de 2025 podría marcar un antes y un después en la liga si Olivier Rioux es seleccionado. Su ingreso a la NBA no solo significaría la llegada del jugador más alto en la historia, sino que también podría redefinir el papel de los pívots en el baloncesto moderno. Rioux no es solo un fenómeno de altura; su formación, experiencia y genética lo posicionan como una futura estrella de la NBA.