La icónica catedral de Notre-Dame en París reabrió sus puertas este sábado tras cinco años de intensos trabajos de restauración, realizados a raíz del devastador incendio que sufrió en 2019.
La ceremonia inaugural, de carácter religioso, fue presidida por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el arzobispo de París, Laurent Ulrich, quien golpeó las puertas con su báculo.
Macron expresó su “gratitud” a todos aquellos que salvaron y ayudaron a reconstruir este emblemático monumento, dentro y fuera de Francia, y en general a todo el pueblo francés por su «fraternidad».
«Esta catedral, de este modo, fue la metáfora feliz de lo que es una nación y de lo que debería ser el mundo entero», señaló Macron.
“Esta noche las campanas de Notre-Dame vuelven a sonar”, aseguró el jefe de Estado francés.
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, le agradeció al presidente francés, Emmanuel Macron, por cumplir su “promesa” de reconstruir la catedral de Notre-Dame en cinco años. Monseñor Ulrich le dijo a Macron que él conoce “la gratitud de los franceses y el mundo entero».
Al mismo tiempo, le agradeció a “los generosos mecenas y a los 340.000 donantes” que financiaron la reconstrucción de la emblemática iglesia. “Esta inmensa generosidad manifiesta un profundo deseo de participar en la belleza que salva a la humanidad de tanto mal”, añadió el arzobispo.
Al evento asistieron destacadas personalidades, entre ellas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, el multimillonario tecnológico Elon Musk el príncipe William; la actriz Salma Hayek y su esposo, el empresario francés Francois-Henri Pinault.