Washington no solo celebró una victoria contundente 41-24 sobre Las Vegas, sino que también presenció un momento inesperado. Dan Quinn, entrenador del equipo, terminó con la nariz vendada tras chocar violentamente con Marcus Mariota en la línea de banda.
La jugada ocurrió en los últimos segundos del segundo cuarto, cuando el mariscal fue empujado hacia fuera del campo y, sin freno, impactó directamente al coach. Quinn cayó de espaldas y se golpeó la cabeza, generando tensión en el estadio al verlo ensangrentado.
Los médicos lo atendieron de inmediato y le colocaron un vendaje en el descanso. Sin embargo, Quinn no solo restó importancia al incidente, sino que aprovechó el momento para inyectar motivación a sus jugadores, quienes cerraron la primera mitad con ventaja 20-10 gracias a un gol de campo largo de Matt Gay.
La reacción en el vestidor fue inmediata. Bobby Wagner recordó cómo su entrenador volvió con fuerza: “Fue como una película. Lo golpearon fuerte, pero regresó diciendo: ‘¡Yo me encargo!’. Ese instante lo recordaré siempre”.
La victoria, sumada a la muestra de carácter de Quinn, fortalece la identidad de un Washington que busca consolidarse como contendiente en la temporada de la NFL.