El polémico Antonio Brown, ex receptor estrella de la NFL, se encuentra nuevamente en el centro de un escándalo legal tras ser acusado de intento de homicidio en segundo grado. La acusación se relaciona con un violento incidente ocurrido el 16 de mayo en Miami, posterior a una pelea de boxeo benéfica, donde supuestamente Brown disparó dos veces contra un hombre luego de una pelea a puñetazos. La víctima, Zul-Qarnain Kwame Nantambu, declaró que una de las balas le rozó el cuello.
En la audiencia de fianza celebrada el miércoles, el juez de circuito de Florida le concedió a Brown la liberación bajo una fianza de 25.000 dólares. La defensa, representada por Mark Eiglarsh, argumentó que el exjugador regresaría a su residencia en el condado de Broward y que se sometería al proceso judicial, a pesar de las preocupaciones de la fiscalía sobre el riesgo de fuga debido a sus altos ingresos.
Como medida de control, el juez ordenó que Brown utilice un monitor GPS en el tobillo y le confiscó su pasaporte. El abogado del jugador confirmó: “Ya no tiene pasaporte. Vivirá en su casa. Espero trabajar con él con ahínco en este caso”. Brown, quien compareció por videoconferencia, se declaró no culpable del cargo, que podría acarrearle una pena de hasta 15 años de prisión.
Parte de la controversia previa al arresto radicaba en la ubicación de Brown. El jugador había estado viviendo en Dubái, donde tiene intereses comerciales, y había publicado mensajes en redes sociales defendiéndose, alegando que fue atacado por personas que intentaron robarle y agredirlo. El abogado Eiglarsh tuvo que aclarar ante la jueza Mindy Glazer que su cliente no huyó a Dubái y que su intención siempre fue responder al cargo.
A pesar de su historial turbulento, la carrera de Brown en la NFL fue brillante: jugó 12 temporadas, la mayoría con Pittsburgh, acumulando más de 12.000 yardas y siendo considerado un receptor All-Pro. Su última aparición fue en 2021 con Tampa Bay, pero ahora enfrenta el proceso judicial más serio de su vida.
