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La Southern 500 volvió a convertirse en territorio de Chase Briscoe. El piloto de Mitchell, Indiana, reafirmó su estatus al mando del Toyota Nº 19 de Joe Gibbs Racing, logrando un triunfo que no solo repite su gesta de 2024, sino que también marca su ingreso directo a la siguiente ronda de playoffs en la NASCAR Cup Series.

La carrera estuvo definida por el dominio absoluto del piloto, quien lideró 309 vueltas y resistió la presión de Tyler Reddick en los giros finales. Briscoe no dejó dudas sobre su condición de candidato, enviando un mensaje claro al resto del pelotón: su nivel está en su mejor momento.

Tras la bandera a cuadros, el ganador se mostró emocionado por haber controlado la carrera de manera tan contundente, algo que calificó como inédito en su trayectoria. Además, celebró el hecho de sumar su segundo triunfo consecutivo en Darlington, lo que le da confianza extra para encarar los desafíos que se avecinan.

En contraste, la jornada fue amarga para otros protagonistas. Josh Berry quedó último tras un despiste temprano; Alex Bowman perdió terreno en boxes; y tanto Joey Logano como Austin Dillon se rezagaron en la clasificación general, obligados ahora a remontar.

Con la clasificación tan ajustada, Shane van Gisbergen ocupa por el momento el último lugar de los 12 elegidos, pero su desempeño mostró grietas que podrían costarle caro. El desenlace de la próxima fecha en Gateway promete emociones fuertes en la lucha por mantenerse con vida en la postemporada.