La sonda de la NASA Europa Clipper despegó desde Estados Unidos rumbo a una luna del planeta Júpiter para investigar si su composición permite albergar vida, un descubrimiento que tendría grandes implicaciones.
La sonda despegó acoplada a un cohete Falcon Heavy de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida. La nave espacial viajará 2,900 millones de kilómetros para llegar a Júpiter en abril de 2030. Orbitará Júpiter y realizará 49 sobrevuelos cercanos a Europa.
Se trata de un mundo que la agencia espacial estadounidense no ha observado aún de una forma tan detallada. Bajo su superficie de hielo hay un océano de agua líquida, estiman los científicos.
«Europa es uno de los lugares más prometedores para la búsqueda de vida más allá de la Tierra», aseguró en rueda de prensa previa al lanzamiento Gina DiBraccio, funcionaria de la NASA.
La misión no buscará directamente señales de vida, pero tratará de dar respuesta a la cuestión de su habitabilidad. De ser así, entonces otra misión deberá ir para tratar de detectarla.
«Es una oportunidad para nosotros de explorar no un mundo que pudo haber sido habitable miles de millones de años atrás», como Marte, «sino uno que podría ser habitable justo ahora», dijo Curt Niebur, a cargo de la parte científica de la misión.
La sonda es la más grande diseñada por la NASA para la exploración interplanetaria, llega a 30 metros de largo con sus paneles solares extendidos, diseñados para captar la débil luz en el camino a Júpiter.