Disparos de un avión no tripulado israelí mataron al menos a dos personas en Rafah e hirieron a otras tres en Jan Yunis, al sur de Gaza, lo que enciende las alertas de que el alto el fuego pudiera derrumbarse por completo.
La primera fase de un alto el fuego que comenzó en enero finalizó el fin de semana sin que se llegara a un acuerdo sobre lo que sucederá.
Los milicianos de Hamás afirman que ahora debe comenzar una segunda fase que conduzca a una retirada israelí permanente y al fin de la guerra. Israel, en cambio, ofreció una prórroga temporal hasta abril para que Hamás libere a más rehenes a cambio de detenidos palestinos, sin conversaciones inmediatas sobre el futuro de Gaza.
En tanto, Israel impuso un bloqueo total de todos los suministros, incluidos alimentos y combustible, que se suministra a los 2.3 millones de gazatíes que viven entre las ruinas.
Cientos de camiones cargados de suministros quedaron retenidos en Egipto, donde se les denegó el permiso de entrada. Los residentes de Gaza afirmaron que las tiendas se habían vaciado rápidamente de todos los suministros y que el precio de un saco de harina se había multiplicado durante la noche.