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El general Yaroslav Moskalik, subdirector de la Dirección General de Operaciones del Estado Mayor, murió tras una explosión de una bomba adherida a su vehículo en la localidad rusa de Balashija.

Las pesquisas apuntan a que el artefacto era de fabricación artesanal y contaba con metralla para ampliar su efecto.

De momento, nadie ha reclamado la autoría del ataque. Sin embargo, algunos comienzan a apuntar a Ucrania por la forma en la que se ha realizado. 

En diciembre del año pasado el teniente general Ígor Kirílov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia, también murió en un atentado con bomba al salir de su domicilio.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó dicho atentado de «fallo grave» de los servicios de seguridad, que responsabilizaron a los agentes de los servicios secretos ucranianos.

El ataque se produce justo cuando el emisario de Estados Unidos, Steve Witkoff, arribó a Moscú para celebrar consultas con el Kremlin sobre el plan de paz de la Casa Blanca para el conflicto en Ucrania.