Munetaka Murakami inicia un nuevo capítulo tras firmar un acuerdo de 34 millones de dólares con los White Sox. Tras ocho temporadas dominando la NPB, el infielder zurdo decidió que era el momento de probarse en el mejor béisbol del mundo. El acuerdo por dos años refleja su deseo de establecerse rápidamente y disipar cualquier duda sobre su capacidad de ajuste.
Su carta de presentación es imponente: 246 jonrones en Japón y un histórico 2022 donde superó récords locales de poder. Murakami es un bateador de contacto fuerte que sabe lo que es ganar, habiendo sido pieza fundamental en el campeonato mundial de Japón en 2023. Esa mentalidad ganadora es vital para un club como Chicago que atraviesa una profunda reconfiguración.
El camino no ha sido sencillo recientemente, pues una lesión limitó su participación en su última campaña en Asia. No obstante, su perfil físico y su producción previa fueron suficientes para que los White Sox vieran en él la solución a su anémica ofensiva. El equipo confía en que su presencia en el lineup genere el miedo que les faltó el año pasado.
A pesar de las críticas sobre su versatilidad defensiva entre la primera y tercera base, Murakami llega enfocado en su principal virtud: el poder extrabase. Sabe que el mercado de MLB fue cauteloso con su perfil, y por ello aceptó un trato que le permite demostrar su valía antes de buscar un compromiso a largo plazo.
Para Chicago, contar con el «Rey del Jonrón» japonés es un rayo de esperanza. En un equipo en reconstrucción, Murakami tiene el escenario ideal para ser el protagonista. Si logra dominar el pitcheo de Grandes Ligas, su estancia en la «Ciudad de los Vientos» será solo el comienzo de una trayectoria meteórica en Norteamérica.







