Miles de personas salieron a las calles en las Islas Canarias para exigir medidas que frenen el turismo masivo, al que responsabilizan del encarecimiento de la vivienda, el colapso del tráfico y la saturación de los servicios públicos.
Bajo el lema “Canarias tiene un límite”, las protestas se replicaron en todas las islas principales del archipiélago y en varias ciudades de la península ibérica.
Algunos manifestantes también advirtieron sobre el impacto del turismo en el suministro de agua.
“El turismo es muy importante para Canarias, pero tenemos que darnos cuenta de que el colapso es total”, afirmó Juan Francisco Galindo, gerente de un hotel en Tenerife.
Con una población de 2.2 millones de habitantes, el archipiélago recibe mensualmente más de un millón de turistas extranjeros, según datos oficiales.
Galindo explicó que el número de camas hoteleras en las islas se ha triplicado desde los años setenta, cuando se construyó gran parte de la infraestructura actual. Esto ha derivado en un aumento acelerado de los precios de la vivienda, congestión vial y dificultades para acceder a servicios sanitarios durante la temporada alta.
Las protestas en Canarias se suman a movilizaciones similares en otros destinos turísticos españoles como Mallorca, Barcelona y Málaga.
En busca de soluciones, autoridades canarias viajaron esta semana a Bruselas para solicitar fondos europeos destinados a construir viviendas asequibles en las zonas ultraperiféricas de la región.