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La llegada de Miguel Borja a la Ciudad de México ha puesto a trabajar a marchas forzadas a la oficina jurídica de Cruz Azul. Aunque el delantero ya superó los exámenes médicos iniciales, su inscripción legal en la Liga MX pende de un hilo administrativo. Actualmente, La Máquina tiene ocupados sus nueve cupos de extranjeros, lo que obliga al club a liberar una plaza de forma inmediata para poder dar de alta al goleador colombiano antes del inicio del Clausura 2026.

El principal señalado para abandonar el nido celeste es el polaco Mateusz Bogusz. En las últimas horas, el mediapunta ha dado señales claras de querer salir del equipo, incluso borrando referencias al club en sus redes sociales. No obstante, la directiva no está dispuesta a dejarlo ir por menos de 9 millones de dólares, buscando recuperar la fuerte inversión realizada. Esta falta de ofertas formales por el europeo ha estancado la operación y mantiene en vilo el registro de Borja.

Como alternativa, el nombre de Lorenzo «Lolo» Faravelli ha cobrado fuerza como el «sacrificado» oficial. El mediocampista argentino cuenta con una propuesta atractiva del futbol brasileño, y su salida facilitaría el trámite para registrar a Borja sin perder tanto capital. La decisión final debe tomarse antes de que finalice la semana, ya que el club pretende anunciar al colombiano como su refuerzo estelar el primero de enero, una vez que sea agente libre total.

Borja, ajeno a estas tensiones de oficina, se mostró motivado durante su llegada al aeropuerto, aunque evitó dar declaraciones extensas por respeto a su aún vigente vínculo con River Plate. El delantero llega en una etapa de madurez futbolística, consciente de que la Liga MX es una de las vitrinas más importantes del continente. Firmará por dos años, con un contrato que incluye bonos por desempeño que podrían extender su estancia hasta finales de 2028.

El inicio de la pretemporada este lunes en La Noria sirvió para que el cuerpo técnico de Nicolás Larcamón comenzara a trabajar en la convivencia entre Borja y Gabriel «Toro» Fernández. El plan táctico sugiere que ambos podrían compartir el ataque en ciertas fases del juego, ofreciendo una potencia ofensiva que Cruz Azul no tenía hace tiempo. Los próximos días serán decisivos para ver quién deja su lugar en el vestidor para que el «Colibrí» pueda desplegar sus alas en México.