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Kylian Mbappé ha retirado la denuncia penal por acoso moral que interpuso contra el Paris Saint-Germain. La fiscalía de París investigaba el caso desde que el futbolista acusó al club por la práctica conocida como «lofting», tras haber sido apartado del plantel por no renovar su contrato.

La decisión de abandonar el proceso legal fue, según su entorno, un gesto de distensión hacia su antiguo club. No obstante, eso no significa que las disputas estén completamente zanjadas: el delantero aún reclama una suma de 55 millones de euros por salarios no pagados, caso que sigue su curso en el tribunal laboral.

Mbappé vivió un final conflictivo en el PSG. A pesar de ser su máximo goleador histórico, fue marginado de la gira de pretemporada y del primer partido de la Ligue 1, hasta que se reincorporó tras negociaciones internas. Aun así, la ruptura con parte de la afición quedó evidente cuando fue abucheado en su último juego en París.

El Real Madrid aprovechó la situación y fichó a Mbappé como agente libre, sin pagar traspaso, un desenlace que dejó al PSG con sabor amargo, luego de rechazar una jugosa oferta de 300 millones de euros del Al-Hilal saudí. Su salida marcó el final de una era tan brillante como agitada.

Ahora, con la semifinal del Mundial de Clubes entre Madrid y PSG en el horizonte, el reencuentro no solo será deportivo. También será el reflejo de una relación que pasó del amor al conflicto, y que lentamente intenta encontrar un punto medio.